EL MUNDO DEL TÉ
lunes, marzo 11, 2013
Hoy
en día, en los comercios se pueden encontrar muchas variedades de té, entre
ellas, las más conocidas son el té verde, té rojo, té negro y té blanco.
Todos
los tipos de té provienen de la
misma planta, Camelia Sinensis, su
diferencia viene dada de la forma en la que se procesa dicha planta. El clima y
lugar donde crece influyen en el sabor y el olor del té.
Té Verde

El
té verde da efecto positivo en los cinco órganos vitales, especialmente el
corazón.
Su
propiedad más característica destaca en la gran cantidad de fluoruro el cual
ayuda a fortalecer huesos y dientes. Además de luchar contra el cáncer de piel,
estómago, esófago y colon, regula el azúcar en sangre y los niveles de
insulina, favorece la circulación y estimula el sistema inmunológico. También
destaca por sus beneficios diuréticos y antioxidantes.
Té Rojo

Es
el más destacado hoy en día por sus grandes propiedades como “quemador de
grasas”, ya que posee la capacidad de aumentar el proceso de combustión de
grasas. Por ello, se suele tomar después de las comidas para facilitar su
digestión. Además es un gran remedio contra la resaca, ya que aumenta el
metabolismo del hígado; es un excelente desintoxicante, disminuye los niveles
de colesterol y evita la aparición de problemas circulatorios y
cardiovasculares.
Té Negro
Muy
rico en minerales como el calcio, cromo, magnesio, manganeso, hierro, cinc,
fósforo, potasio, aluminio y flúor. Una taza de este té nos aporta unos 200 mg
de flavonoides (un tipo de antioxidantes presente también en frutas y
verduras).
Su
principal acción es la eliminación de retención y exceso de líquido, mejora la
capacidad de dilatación y contracción de los vasos sanguíneos, facilita la no
oxidación del colesterol y dificulta la formación de placas de ateroma.
Colabora en la prevención de las caries dentales y se puede utilizar para
combatir la conjuntivitis y las bolsas de los ojos en aplicaciones en frío.
Té Blanco

Es
considerado el segundo té más saludable por su alto contenido en antioxidantes.
Es el tipo con menos cafeína, contiene sales minerales como: sodio, potasio,
flúor, hierro, sílice, magnesio, calcio, fósforo, teofilina y teobromina.
Combate
la fatiga física y mental, aumenta la concentración y memoria, es diurético,
favorece la eliminación de grasas, disminuye el colesterol y es un gran aliado
contra las enfermedades cardiovasculares.
Cabe
destacar, como os he dicho en otras ocasiones, que no se debe tomar siempre el
mismo tipo de té (o infusión), sino por temporadas y no en períodos muy
prolongados. Aconsejable ir variando en caso de querer disfrutar de sus
beneficios comunes entre ellos.
Como
he citado al principio hay muchos otros tipos, los cuales citaré en otras
entradas, si queréis saber alguno en especial no dudéis en comentármelo y me
pondré manos a la obra. Por el momento, aquí os dejo los 4 tipos principales y
sus diferentes propiedades.
Espero
que os haya gustado. Un beso enorme.
4 comentarios
Gracias Pepi!!! Imprimo artículo, y me voy a la tienda de tés a comprar unos cuantos :) No te olvides de los rooibos!
ResponderEliminarDe nada reina! Ya nos dirás que te has comprado jejeje. Si, si, en breve te hablo de los rooibos y de alguno más. Un besazo
Eliminarté negro con manzana y rooibos con frambuesa :p
EliminarMmmmm deben estar deliciosos :)
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