Una cabeza sin MEMORIA es como una fortaleza sin guarnición

lunes, mayo 06, 2013



Sin memoria viviríamos en un presente permanente privados de identidad y referencias. La posibilidad de traer el pasado al presente es una de las capacidades más fascinantes de nuestro cerebro. 




La mayor prioridad del cerebro es garantizar la supervivencia y a este fin sirven sus principales capacidades, entre ellas la memoria. Esta es esencialmente adaptativa, cumple la función de acumular conocimiento y habilidades que permitan responder de la manera más eficaz a las exigencias del mundo en el que vivimos.


Nuestro cerebro es más eficaz a la hora de almacenar estímulos complejos, como imágenes, colores, estructuras, sonidos, olores, sabores, tacto, posiciones…que cuando debe recordar palabras impresas. El sistema de memoria que tenemos no está diseñado para el tipo de información que a menudo nos interesa memorizar.


La memoria es un proceso que se compone de tres fases,





Existen diferentes tipos de memoria al servicio de funciones cognitivas y conductuales diferentes. Los más citados son la memoria episódica, que permite recordar las experiencias personales; la semántica, que abarca el conocimiento sobre el mundo y el significado de las cosas; la procedimental, que corresponde a acciones o habilidades habituales; y la de trabajo, que permite manipular la información precisa en un momento dado para una tarea.


Las emociones pueden fomentar el aprendizaje, intensifican la actividad de las redes de neuronas y refuerzan las conexiones entre ellas. Las informaciones con sello emocional se graban profunda y perdurablemente en la memoria. 


Una memoria eficiente se basa en recordar lo importante y la información que más se utiliza, por tanto, elimina lo que no tiene utilidad. 


Los fallos de memoria pueden deberse a problemas propios del sistema de memoria, pero también, a aspectos que afectan su rendimiento (falta de sueño, mala alimentación, estados de ánimo negativos…) a que se intenta rendir más de lo que se puede o a registrar información irrelevante. 


La memoria se ha de cuidar en diferentes frentes:


  • Tranquilidad.
  • Buenos alimentos, entre ellos: Ginkgo biloba, pescado azul, aceite de oliva, ajo crudo, avena, almendra, nuez, germen de trigo, lecitina de soja, jengibre, manzana, arándano, orégano, brécol.
  • Evitar el estrés.
  • Práctica de deporte de forma regular, para aumentar la producción de neurotransmisores BDNF (Brain-derived neurotrophic factor).
  • Dormir bien.
  • Practicar meditación.
  • Leer de forma habitual.
  • Hacer técnicas mnemónicas.



Infusiones que ayudan:

Té, Salvia, Romero con miel, Azafrán, Tomillo, Milenrama, Ginseng, Anís, Plantas relajantes.




No está de más introducir alguno de estos hábitos a nuestra vida cotidiana lo antes posible para dar mayor tregua a la pérdida de memoria con la edad.


Espero que os haya gustado. Besos.







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